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INFORME DE RIESGOS GLOBALES 2022: CADA VEZ ES MÁS URGENTE ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO.

En un contexto todavía marcado por la pandemia provocada por el COVID-19, el Cambio Climático sigue siendo la urgente y principal preocupación, de acuerdo con lo señalado en el Informe de Riesgos Globales 2022, elaborado por el Foro Económico Mundial. El documento, que en su edición número 17 recoge la opinión de más de 12 mil especialistas de 124 países, subraya que la salud del planeta es una de las amenazas más críticas para los próximos 10 años.

En ese contexto, el fracaso de la acción climática, el clima extremo y la pérdida de biodiversidad, se presentan como los mayores riesgos, aparejados a profundos impactos sociales y económicos. A lo anterior se suma una recuperación económica mundial calificada como divergente, que amenaza con profundizar los desequilibrios, especialmente en un momento la comunidad internacional necesita colaborar con urgencia para controlar el COVID-19.

Ya la anterior edición del Informe advertía sobre los riesgos económicos colaterales, cuestión que ahora los especialistas califican como “peligros claros y presentes”. Según el documento, “las interrupciones en la cadena de suministro, la inflación, la deuda, las brechas en el mercado laboral, el proteccionismo y las disparidades educativas están llevando a la economía mundial a aguas agitadas”. Ello impide, además, ver los desafíos emergentes como lo son el trastorno de transición climática, mayores vulnerabilidades cibernéticas y mayores barreras para la movilidad internacional, entre otras cuestiones.

 

Restaurar la confianza y fomentar la cooperación

La edición 2022 del Informe de Riesgos Globales señala que las consecuencias económicas provocadas por la pandemia continúan presentándose como una amenaza crítica para el mundo. El documento hace hincapié en que los desiguales ratios en la aplicación de vacunas y la recuperación económica asimétrica, arriesgan el agravamiento de las fracturas sociales y las tensiones geopolíticas. Los especialistas concuerdan que para 2024 las economías en desarrollo (excluida China) habrán caído un 5,5 % por debajo del crecimiento del PIB previsto antes de la pandemia, mientras que las economías avanzadas lo habrán superado en un 0,9 %, lo que ampliará la brecha mundial de ingresos.

Los últimos años los especialistas vienen advirtiendo del aumento de los riesgos sociales en forma de “erosión de la cohesión social”, “crisis de subsistencia” y “deterioro de la salud mental”. Solo un 11% de las personas encuestadas cree que la recuperación mundial se acelerará. En cambio, la mayoría espera que los próximos tres años se caractericen por una volatilidad constante. Y con una nueva ola de contagios de COVID-19, se complica la capacidad de los países para facilitar una recuperación sostenida.

Las desigualdades a nivel global quedaron expuestas durante estos dos últimos años. Mientras en algunos países la rápida implementación de vacunas, las transformaciones digitales exitosas y las nuevas oportunidades de crecimiento permiten prever un regreso a las tendencias previas a la pandemia en el corto plazo y la posibilidad de una perspectiva más resistente en un horizonte más extenso, en muchos otros países la visión es pesimista. La recuperación se verá frenada por las bajas tasas de vacunación, el persistente estrés en los sistemas de salud, así como por brechas digitales y mercados laborales estancados. En los 52 países más pobres, hogar del 20% de la población mundial, solo el 6% de la población había sido vacunada hacia finales de 2021.

 

Ciberamenazas y migración

La digitalización de los procesos ha sido una de las características de los últimos 18 meses. Siempre que ha sido posible, las empresas han implementado trabajo remoto, mientras que han proliferado las plataformas y dispositivos que facilitan el cambio. Lo anterior también ha supuesto un incremento de las amenazas a la ciberseguridad. En 2020, los ataques de malware y ransomware aumentaron un 358% y un 435% respectivamente).

Los riesgos intangibles, como la desinformación, el fraude y la falta de seguridad digital, también afectarán la confianza pública en sistemas digitales. Los desafíos que se presentan ante estos riesgos incluyen una labor colaborativa entre los estados.

La movilidad humana también es un factor a tener en cuenta según el informe. En muchos países debido a los efectos persistentes de la pandemia, el aumento del proteccionismo económico y la nueva dinámica del mercado laboral, se aplicaron mayores barreras de entrada para los migrantes que buscan oportunidades o refugio.

Estas mayores restricciones y su efecto indirecto sobre las remesas, un salvavidas crítico para algunos países en desarrollo, corren el riesgo de impedir un camino potencial para restaurar los medios de vida, mantener la estabilidad política y cerrar las brechas laborales y de ingresos.

Si bien el informe preparado por el Foro Económico Mundial alerta respecto a las preocupaciones inmediatas a nivel mundial sobre las que se debe actuar, también destaca un 2021 en que se implementaron mecanismos para responder a una crisis de salud pública con características cambiantes. Dos factores interrelacionados fueron fundamentales para la gestión eficaz de la pandemia: la disposición de los gobiernos para ajustar y modificar las estrategias de respuesta según las circunstancias cambiantes; y su capacidad para mantener la confianza de la sociedad a través de decisiones basadas en principios y una comunicación eficaz.

 

Para leer el informe completo, haz click aquí.

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